
“La rápida expansión de asentamientos haitianos en zonas fronterizas amenaza la convivencia y la seguridad en territorio dominicano”
COMENDADOR, RD | Elías Piña, ubicado en el cordón fronterizo entre República Dominicana y Haití, enfrenta tiempos de desafío y tensión debido a la acelerada proliferación de asentamientos haitianos en la región. Lugares donde generaciones de dominicanos han nacido, crecido y jurado permanecer toda su vida, ahora ven alterada su cotidianidad y seguridad debido a la presión migratoria.
La ciudad capital de Elías Piña, Comendador, ya presenta al menos cuatro asentamientos haitianos rodeando a comunidades dominicanas establecidas. En estos puntos, la armonía y coexistencia de antaño se ven amenazadas por constantes sucesos que trastornan la vida pacífica de los vecindarios.
De hecho, esta ola migratoria ha sido descrita como una de las más continuas y agitadas, alterando siglos de coexistencia social. A pesar de los intentos por repatriar a algunos migrantes, muchos encuentran formas de regresar a los mismos lugares. Recorrer los asentamientos de Galindo, Mingo El Berraco, La Antena y La Gallera brinda una perspectiva sobre la magnitud de la situación.
El Listín Diario señala que, en el Parque Central de Comendador, desde tempranas horas, es posible encontrar desde menores hasta adultos ofreciendo desde alcohol adulterado hasta drogas y servicios sexuales. Un informante del diario, mientras conversaba en el parque, fue abordado por varios haitianos ofreciendo servicios ilícitos. Estos individuos parecen actuar con impunidad, reflejando la gravedad de la situación.
Robos, agresiones y violencia son ahora comunes en Elías Piña. Los niños dominicanos, por ejemplo, han manifestado su temor hacia algunos de los migrantes haitianos. Un testimonio de un pequeño lustrador de zapatos evidenció la vulnerabilidad de estos menores frente a actos de violencia. En esta ocasión, el agresor se tranquilizó tras recibir 10 pesos dominicanos, evidenciando la precariedad y desesperación que podría estar detrás de algunos de estos actos.
No solo Elías Piña se ve afectada. Situaciones similares se replican en otras zonas fronterizas, poniendo en riesgo la estabilidad y seguridad de comunidades enteras.
A medida que la situación se agrava, la pregunta que permanece es cómo las autoridades y comunidades podrán abordar esta creciente crisis, buscando soluciones que respeten los derechos humanos, pero que también protejan la integridad y seguridad de los dominicanos.
Por: Marcano Sin Tapujos