“La vicepresidenta felicita al presidente electo y jura no ceder en la lucha que impulsó esta campaña”
Kamala Harris concedió la elección presidencial de 2024 el miércoles, diciéndole a sus seguidores que “nunca deberían rendirse en la lucha” por los temas por los que hizo campaña, incluyendo el estado de derecho y la democracia.
Hablando desde la Universidad de Howard, su alma máter en Washington, D.C., un día después de perder abrumadoramente su intento por la Casa Blanca ante Donald Trump, Harris dijo que había llamado al presidente electo republicano para felicitarlo.
Pero en comentarios claramente dirigidos a su oponente de siempre, quien nunca reconoció su derrota en las elecciones de 2020, Harris dijo a la multitud que “debemos aceptar los resultados de esta elección” y que trabajaría para asegurar “una transferencia pacífica del poder”.
Al final de una campaña en la que acusó repetidamente a su oponente de amenazar la democracia, Harris reconoció que muchos creían que el país estaba “entrando en un tiempo oscuro”, agregando: “En nuestra nación, debemos lealtad no a un presidente o partido, sino a la Constitución de los Estados Unidos”.
La campaña de Trump adoptó un tono más conciliador, diciendo que los dos candidatos habían “acordado la importancia de unificar el país”. Trump había destacado la “fuerza, profesionalismo y tenacidad de Harris a lo largo de la campaña”, dijo su portavoz.
Harris les dijo a sus seguidores el miércoles que aún se sentía orgullosa de su esfuerzo de campaña, añadiendo: “Aunque concedo esta elección, no concedo la lucha que impulsó esta campaña”.
El presidente Joe Biden elogió a Harris como una “servidora pública llena de integridad, coraje y carácter” y dijo que ella “continuará la lucha con propósito, determinación y alegría”.
La vicepresidenta originalmente había planeado hablar a una gran multitud de seguidores en la universidad históricamente negra después de que cerraran las urnas el martes por la noche. Pero no apareció en su propia fiesta electoral después de que los recuentos dejaron claro que estaba en camino de perder ante su rival republicano.
Trump fue declarado ganador temprano en la mañana del miércoles después de barrer en los siete estados clave en el Medio Oeste industrial, el cinturón del sol del oeste y el sur, llevándolo a superar los 270 votos del colegio electoral necesarios para ganar la Casa Blanca. Pero el miércoles también seguía en camino de ganar el voto popular, algo que ningún republicano ha hecho en dos décadas.
“América nos ha dado un mandato sin precedentes y poderoso”, dijo Trump en un discurso de victoria en las primeras horas del miércoles por la mañana, prediciendo una “edad de oro” para los EE. UU. bajo su liderazgo.
Harris estuvo lejos de ser la única demócrata en sufrir una derrota en las urnas el martes. El partido Demócrata cederá el control del Senado de EE. UU. después de que los republicanos lograran voltear tres escaños en Virginia Occidental, Ohio y Montana.
El control de la Cámara de Representantes aún está en juego, con docenas de carreras por decidir, pero los republicanos se mantienen optimistas sobre sus posibilidades de retener la cámara baja del Congreso.
Esto le daría al partido de Trump un “gobierno unificado”, con control sobre la Casa Blanca, el Senado y la Cámara, y amplia libertad para impulsar la agenda legislativa del presidente electo, especialmente dado que su “efecto arrastre” ayudó a asegurar victorias para muchos candidatos republicanos al Congreso.
La Casa Blanca dijo que Biden, quien derrotó a Trump hace cuatro años pero abandonó su propia candidatura a la reelección durante el verano, también llamó al presidente electo el miércoles para felicitarlo e invitarlo a una reunión en la Casa Blanca. Se espera que Biden haga su propio discurso a la nación el jueves.
El portavoz de Trump, Steven Cheung, dijo que el republicano “apreció mucho la llamada” y esperaba con interés la reunión para “asegurar una transición suave” entre las administraciones.
Por: Marcano Sin Tapujos / Financial Times
