Nueva normativa eléctrica de Canadá facilita la transición hacia la sostenibilidad

El Ministro Federal de Medio Ambiente y Cambio Climático, Steven Guilbeault.

“La Regulación de Electricidad Limpia incorpora el uso de gas natural para satisfacer las demandas energéticas en pleno auge”

OTTAWA | En una sublime maniobra ecológica, el Ministro de Medio Ambiente y Cambio Climático de Canadá, Steven Guilbault, ha desvelado un avant-garde proyecto de regulación centrado en la electricidad limpia, que dignamente integra la producción de energía a partir del gas natural, conforme a fuentes proporcionadas por CBC News.

Un informante de rango preeminente ha revelado que, desde las esferas gubernamentales, se percibe que este prisma tecnológicamente imparcial brinda la agilidad requerida para hacer frente a las heterogéneas exigencias energéticas de las distintas provincias y territorios canadienses.

Con un enfoque pragmático, la normativa en gestación contempla no solo el aprovechamiento de fuentes exentas de emisiones, tales como la hidroelectricidad, energía eólica, solar y nuclear, sino también de gas natural y diésel, siempre que satisfagan criterios meticulosamente delimitados.

Esto se traduce en una holgada transición para aquellas comunidades septentrionales y aisladas, habitualmente dependientes del diésel, las cuales no se verán compelidas a una transición abrupta hacia fuentes solares o eólicas. En esta travesía hacia la sostenibilidad, el gobierno ha delineado programas de apoyo para estas comunidades, con el ánimo de emanciparlas de la dependencia del diésel.

Provincias emblemáticas como Ontario y Alberta no se verán desfavorecidas y podrán perpetuar la producción eléctrica a partir de gas natural, siempre y cuando se adhieran a las prescripciones de rendimiento esbozadas, incorporando incluso tecnologías vanguardistas de captura de carbono. No obstante, se concederá cierta latitud en la producción energética de gas natural sin la captura de carbono durante coyunturas de demanda insigne.

El proceso participativo prevé un margen de al menos 75 días para que las provincias y territorios realicen sus aportaciones al proyecto regulador. Sin embargo, es menester señalar que estas directrices no serán vinculantes hasta el 2035.

Estas regulaciones, de suma trascendencia, son el pilar para los objetivos climáticos de Canadá y se hallan en sintonía con la aspiración de vehículos de cero emisiones proyectada para el 2035. El fin ulterior es que una proliferación de vehículos eléctricos se traduzca en una mayor demanda de electricidad verde.

Ya que Canadá ostenta una red eléctrica que es pulcra en un notable 85%, se prevé que la demanda experimente un auge, duplicándose para el 2050, con una creciente electrificación de vehículos y medios de transporte.

Según cálculos del gobierno federal, se requerirán ingentes inversiones, ascendiendo a más de 400 mil millones de dólares, con el propósito de suplantar infraestructuras obsoletas y potenciar la capacidad productiva. Como gesto tangible, el último presupuesto federal ha consignado más de 45 mil millones de dólares para erigir una robusta red limpia.

Por: Marcano Sin Tapujos

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