
“La nueva entidad busca combatir el racismo de manera proactiva y ofrecerá soporte legal y educativo en comunidades más afectadas”
QUEBEC | Tras las repercusiones mundiales por los trágicos casos de George Floyd en los Estados Unidos y Joyce Echaquan en Quebec, el gobierno quebequense ha tomado medidas firmes para combatir el racismo. Con el objetivo de promover una sociedad más inclusiva y justa, la administración de la provincia se compromete a establecer una oficina permanente para combatir el racismo.
Hace menos de un año, el Ministro Christopher Skeete asumió el cargo con el desafío de implementar 25 recomendaciones proporcionadas por el Grupo de Acción contra el Racismo. Desde entonces, 13 de estas sugerencias han sido efectivamente realizadas, y Skeete promete no solo culminar las 12 restantes dentro del próximo año, sino que también afirma que “hay trabajo por hacer” más allá de estas propuestas iniciales.

La nueva oficina no será simplemente un espacio para recibir quejas. La visión de Skeete es de una entidad proactiva que visite comunidades, realice trabajos de sensibilización, especialmente en escuelas, y pueda financiar acciones legales para luchar de manera contundente contra el racismo.
En paralelo, el jefe de la Policía de Montreal (SPVM), Fady Dagher, comparte la iniciativa y busca abordar el fenómeno del racismo, admitiendo que “hay una conciencia colectiva que dice ‘basta’: basta es suficiente, hay que dejar de haber perfiles raciales o sociales”.
Ambos líderes coinciden en las ventajas de las medidas recientes, como la prohibición de detenciones aleatorias por motivos discriminatorios en Quebec, una estrategia que envía un mensaje significativo de cambio y respeto a los derechos de todos los ciudadanos.
El ex-policía Alain Babineau, miembro del Grupo de Acción contra el Racismo, enfatiza que la policía debe ser representativa de la población a la que sirve, un desafío que aún se debe abordar en Quebec. El jefe Dagher concuerda y menciona el aumento de puestos reservados para las comunidades culturales racializadas, de 26 a 131.
No obstante, el gobierno aún no reconoce la existencia de racismo sistémico, un punto en el que diverge con Dagher, quien cree que es el sistema el que necesita cambio.
Mientras la comunidad observa con esperanza y escepticismo, la lucha de Quebec contra el racismo continúa. Las medidas en marcha se traducen en un compromiso firme del gobierno de la provincia, aunque la erradicación total del racismo es una aspiración desafiante, como concluyó un ciudadano: “Nadie puede eliminar el racismo, pero podemos mejorarlo”.
Por: Marcano Sin Tapujos