Un supuesto influencer acaba de descubrir que hay límites en las acciones que se pueden realizar para obtener “me gusta” en las redes sociales.
Anthony Gagné, de 27 años, se especializaba en atraer a la policía simulando crímenes, grabándolos en video y compartiendo todo en sus redes sociales, especialmente en YouTube.
En mayo pasado, circulaba por las calles de Gatineau con una camioneta en la que estaba escrito “Free Candy” – caramelos gratis – con el objetivo de atraer a niños, hasta que ciudadanos preocupados llamaron a la policía.
“Cuando los investigadores comenzaron a indagar en las redes sociales, se dieron cuenta de que, desde 2021, el Sr. Gagné había estado haciendo videos de este tipo, con el mismo estilo, con el propósito de llamar la atención. La mayoría de los mensajes que publicaba en las redes sociales estaban dirigidos a atraer a la policía”, explica el agente Patrick Kenney, del Servicio de Policía de la Ciudad de Gatineau (SPVG).
Entre la variedad de cuentas que tenía en las redes sociales, Anthony Gagné contaba con no menos de 500,000 seguidores.
Un descuido demasiado grande
Excepto que el miércoles, los policías de Gatineau se presentaron en su puerta para ponerle las esposas y, al mismo tiempo, incautaron tres teléfonos móviles, una tableta, una computadora portátil, sangre falsa, un pasamontañas y una máscara de gas.
Luego lo llevaron ante el tribunal donde fue acusado de intento de alteración del orden público, un delito que conlleva una pena máxima de dos años y medio de prisión.
Aunque engañar a la policía con el fin de hacerles iniciar una investigación es en sí mismo un acto de alteración del orden público, los fiscales se limitaron a la acusación de intento de alteración del orden público, aclaró el agente Kenney. “En este caso, sabemos que el crimen no era real. Sabíamos que no estaba actuando con la intención de atraer a niños para cometer un delito. Era para hacer un video. No había intención criminal detrás.”
Una primera advertencia de la GRC ignorada
Anthony Gagné, evidentemente, no había aprendido nada de una primera advertencia. En 2022, había compartido un video cuyo objetivo era atraer al FBI de Estados Unidos, y resultó que los oficiales de la Policía Montada Real de Canadá (GRC) se presentaron en su casa, advirtiéndole que dejara de jugar.
Esta vez, no tuvo tanta suerte y el tribunal se aseguró de que el mensaje fuera entendido, ya que fue puesto en libertad con varias condiciones que debe cumplir, incluida la prohibición absoluta de compartir o publicar contenido en las redes sociales, incluido el sitio YouTube.
“Queríamos que el juez impusiera condiciones estrictas con respecto a las publicaciones en las redes sociales”, dijo Patrick Kenny.
“Vemos muchas cosas en las redes sociales, pero estar involucrado en un caso como este, te diría que es la primera vez”, admitió riendo el oficial.
Fuente: La Presse