“La plataforma dice no más a la pseudociencia mientras expertos cuestionan su falta de transparencia”
En una decisión sin precedentes, YouTube ha decidido cerrar las puertas a los engañosos ‘consejos’ médicos. Ya no veremos videos absurdos que aseguran que el ajo puede curar el cáncer o que la vitamina C es la nueva radioterapia. Pero, ¿es esto suficiente para frenar la avalancha de mentiras que inunda la plataforma?
Desde el comienzo de la pandemia por la Covid-19, la desinformación médica ha florecido como mala hierba en un jardín. Consciente del problema, YouTube ya desencadenó en 2022 una caza sin cuartel contra el contenido anti-vacunas y contra aquellos que promovían trastornos alimenticios. Ahora, la plataforma da un paso más y se lanza a la batalla contra las farsas sobre el cáncer. Sin embargo, los especialistas en desinformación no están convencidos y critican duramente la opacidad de sus acciones.
¿El motivo de este súbito rigor? Muchos apuntan al Digital Services Act, reglamento europeo que entró en vigor el pasado 25 de agosto y que exige a las grandes plataformas digitales tomar cartas en el asunto contra la desinformación. “YouTube simplemente está cumpliendo con sus obligaciones”, argumenta Laurent Cordonier, sociólogo de la Fundación Descartes.
Y mientras la plataforma se vanagloria de haber eliminado más de 8.7 millones de videos entre enero y abril de 2023, el mundo académico y periodístico levanta una ceja escéptica. Carlos Hernandez-Echevarria, periodista español del medio de fact-checking Maldita, apunta que estos métodos automáticos “fallan estrepitosamente” y critica la censura indiscriminada de YouTube. Por su parte, Angie Holan, de la IFCN, cuestiona la verdadera transparencia de la plataforma: “Es muy difícil saber qué hace realmente YouTube”, confiesa.
No obstante, YouTube no se queda de brazos cruzados. Además de sus medidas restrictivas, ha impulsado herramientas para resaltar contenidos de fuentes confiables. Sin embargo, esto ha suscitado un debate ético. ¿Debería recaer sobre una empresa privada la responsabilidad de decidir qué es verdadero y qué no? Clément Bastié, del colectivo l’Extracteur, teme que, aunque las acciones de YouTube puedan ser efectivas a corto plazo, a la larga, sólo sirvan para alimentar teorías conspirativas.
A medida que la guerra contra la desinformación se recrudece, sólo el tiempo dirá si YouTube logrará limpiar sus filas o si simplemente se convertirá en otro campo de batalla lleno de fuego cruzado.
Por: Marcano Sin Tapujos